Gema Freire.- La pasada semana tuvo lugar un emotivo reencuentro en Cádiz: más de treinta enfermeras de la promoción 1972–1975 de la Escuela de Enfermería Salus Infirmorum se dieron cita para conmemorar medio siglo desde el inicio de su andadura profesional.
El reencuentro comenzó con una visita al que fuera su primer lugar de prácticas: el Hospital de Mora, actualmente sede de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cádiz. Allí recordaron sus inicios en la profesión, los primeros uniformes, los nervios ante los cuidados reales y los vínculos que forjaron con compañeras, pacientes y docentes.
Volver a cruzar aquellas puertas fue, para todas, una experiencia profundamente simbólica: ése fue el escenario donde, siendo apenas jóvenes estudiantes, se enfrentaron por primera vez al dolor, la enfermedad y la muerte. Lo vivieron juntas, y eso creó entre ellas un vínculo irrompible.
Durante aquellos años, compartieron momentos de gran intensidad emocional: vieron por primera vez a pacientes sufrir, acompañaron en los cuidados más delicados, y asumieron responsabilidades que les marcarían para siempre. “Lo hicimos juntas”, coinciden en recordar. A pesar del paso del tiempo, aseguran que al reencontrarse parecía que no había transcurrido medio siglo: las miradas, las risas, la complicidad… seguían intactas.
Posteriormente, el grupo se trasladó al Baluarte de los Mártires, donde compartieron un almuerzo cargado de recuerdos, emociones y sentido de pertenencia. Hubo palabras de reconocimiento, anécdotas entrañables y reflexiones sobre los profundos cambios vividos en la enfermería a lo largo de cinco décadas: desde la evolución científica y tecnológica, hasta el reconocimiento progresivo de la profesión en el ámbito sanitario y social.
Este reencuentro es mucho más que una celebración personal, es un testimonio vivo del compromiso, la entrega y la vocación que han marcado a generaciones enteras de enfermeras. Desde el Colegio Oficial de Enfermería de Cádiz, queremos felicitar a esta promoción por su trayectoria, por seguir inspirando y por recordarnos que la historia de la enfermería se construye día a día, desde el cuidado y la humanidad.