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Ana Domínguez Navarro: una enfermera gaditana en la Universidad de Yale

Doctoranda en Ciencias de la Salud e investigadora FPU de la Universidad de Cádiz, con experiencia asistencial en hospitales y residencias andaluzas y una trayectoria investigadora que incluye estancias en Polonia y Estados Unidos

Gema Freire.- Graduada en Enfermería por la Universidad de Cádiz, Ana Domínguez complementó su formación con dos másteres: el de Profesorado en la especialidad de Procesos Sanitarios (Universidad de Málaga) y el de Investigación Enfermera y Práctica Profesional Avanzada (Universidad de Cádiz). Actualmente es doctoranda en Ciencias de la Salud e investigadora predoctoral FPU en la Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Cádiz.

Su trayectoria profesional ha combinado la asistencia y la investigación. Ha trabajado como enfermera en residencias de mayores de la Junta de Andalucía y la Diputación de Cádiz, así como en el Hospital San Carlos de San Fernando. A nivel internacional, fue enfermera investigadora en la Medical University of Warsaw (Polonia). Entre agosto de 2024 y septiembre de 2025 ha desarrollado una estancia en la Yale School of Nursing (Universidad de Yale, EE. UU.), donde ha participado en proyectos de alcance internacional centrados en los cuidados a personas con diabetes, línea que constituye también el núcleo de su tesis doctoral.

 

¿Qué ha supuesto para ti poder realizar una estancia investigadora en la Universidad de Yale?

Ha supuesto un enorme crecimiento tanto a nivel profesional como personal. En el ámbito académico, los recursos disponibles en Yale y el contexto internacional me han permitido acelerar mi proceso de investigadora, liderar dos proyectos propios (una revisión sistemática y un estudio secundario) y formar parte de un estudio sobre diabetes tipo 2 financiado por NIH. Esta oportunidad me ha brindado una visión más amplia de la investigación en salud y me ha permitido desarrollar competencias clave para mi carrera científica.

En el plano personal, vivir en Estados Unidos me ha hecho reflexionar sobre la importancia del equilibrio entre vida personal y profesional. He comprobado que el ritmo de trabajo aquí es muy intenso y que, a menudo, la calidad de vida queda en segundo plano. Esto me ha llevado a valorar más los descansos, a aprender a desenvolverme en un entorno cultural y en una franja horaria diferente, y a comprender las relaciones sociales desde otra perspectiva.

 

¿Cómo consigues esta beca?

Tras recibir una negativa en la única convocatoria oficial que financia estancias predoctorales en Estados Unidos, decidí no rendirme y buscar otras vías. Presenté mi proyecto al Presidente del Colegio de Enfermería de Cádiz, Rafael Campos, quien desde el primer momento comprendió la relevancia de la propuesta y el valor que tendría para la profesión enfermera. Tanto él como todo su equipo mostraron una gran sensibilidad hacia la importancia de impulsar la investigación en enfermería, y gracias a su confianza y apoyo decidido, este sueño de pasar un año formándome como investigadora en Yale se hizo realidad.

 

¿En qué línea de investigación te has centrado durante tu estancia?

He continuado profundizando en mi línea de investigación centrada en los cuidados a las personas con diabetes, que constituye también el eje de mi tesis doctoral. Durante la estancia busqué una continuidad temática y encontré un encaje perfecto en el equipo de la profesora Dr. Soohyun Nam, en la Yale School of Nursing, con quien he podido trabajar en proyectos relacionados con el manejo de la diabetes y la implementación de nuevas estrategias de cuidado. Esta experiencia me ha permitido enriquecer mi perspectiva, contrastar realidades clínicas entre países y fortalecer mi perfil investigador en este campo.

 

¿Qué diferencias destacarías entre la investigación enfermera en España y en Estados Unidos?

La principal diferencia está en los recursos y las oportunidades. En Estados Unidos, es habitual que las enfermeras realicen el doctorado bajo un contrato laboral en instituciones académicas, lo que les permite dedicar el 100% de su tiempo a la investigación y a su desarrollo profesional. También es común continuar con formación postdoctoral y acceder a programas de financiación que facilitan una trayectoria académica estable, con la posibilidad de recibir una remuneración mientras se avanza en la carrera investigadora.

En España, en cambio, en las etapas iniciales de la tesis doctoral las oportunidades de contrato de investigación son muy limitadas. Esto obliga a muchas enfermeras a compatibilizar el doctorado (considerado un trabajo a tiempo completo) con la práctica asistencial, lo que dificulta avanzar al mismo ritmo.

Además, en Estados Unidos es frecuente ver a enfermeras liderando equipos multidisciplinares y dirigiendo proyectos con financiación competitiva.

 

¿Cómo fue tu integración en el equipo de la Yale School of Nursing?

Fue una experiencia muy enriquecedora. El equipo de investigación era completamente internacional, con representación de todos los continentes —Asia, África, Europa y América—, lo que favoreció un intercambio constante de perspectivas y formas de trabajar. Además, tuve la oportunidad de asistir a clases del programa de Doctorado en Enfermería de la Yale School of Nursing, lo que me permitió conectar con otros estudiantes que se encontraban en una etapa similar a la mía y ampliar mi red de contactos académicos. Esta combinación de trabajo en equipo y formación compartida facilitó mi integración y enriqueció mi experiencia.

 

¿Qué aprendizajes o herramientas traes de vuelta a Cádiz?

Me llevo aprendizajes muy valiosos en dos dimensiones. En lo técnico, he aprendido a manejar bases de datos de gran alcance como NHANES, así como herramientas de apoyo a la investigación como Covidence para la gestión de revisiones sistemáticas.

En lo competencial, la estancia me ha permitido desarrollar habilidades clave como trabajar en equipos multidisciplinares e internacionales, comunicarme y liderar en un entorno de lengua extranjera, exponer y discutir resultados en reuniones científicas, y sintetizar evidencia de manera clara para apoyar la toma de decisiones.

Todo ello supone un bagaje que enriquecerá mi forma de investigar y de transmitir conocimiento en Cádiz.

 

¿Qué mensaje darías a los compañeros y compañeras que quieren iniciarse en la investigación?

Les diría que la constancia es fundamental. La investigación es un camino con momentos de grandes satisfacciones, pero también con retos y obstáculos, y la perseverancia es lo que permite avanzar. Las enfermeras debemos asumir un papel de liderazgo en la investigación enfermera, porque nuestro conocimiento y experiencia clínica son esenciales para transformar los cuidados.

También les animaría a mantener siempre una mente abierta a nuevas ideas, a nutrir su creatividad y a rodearse de equipos que inspiren y motiven. La investigación no es un camino en solitario, y compartir el proceso lo enriquece enormemente.

 

¿Cómo fue tu día a día en Yale, tanto en el ámbito académico como en el personal?

Mi día variaba mucho, principalmente mi día estaba determinado en función de las reuniones con el equipo o con pacientes que tenía agendado, así como las clases a las que iba. Mientras, trabajo autónomo para preparar las reuniones y las clases, avanzar en los proyectos y leer mucha literatura científica.

 

¿Qué papel crees que deben tener los colegios profesionales en el impulso de la investigación enfermera?

Creo que los colegios profesionales tienen un papel fundamental en el desarrollo de la investigación enfermera. En primer lugar, a través de la formación, ofreciendo cursos y programas que actualicen y fortalezcan las competencias investigadoras de las enfermeras. En segundo lugar, mediante la difusión del conocimiento, organizando jornadas científicas y espacios de encuentro que den visibilidad al trabajo desarrollado por la profesión, como las que próximamente celebrará el Colegio de Enfermería de Cádiz.

Además, el apoyo en materia de financiación resulta clave: desde respaldar proyectos innovadores hasta facilitar la publicación en acceso abierto, garantizando que el conocimiento generado esté disponible para toda la comunidad. En definitiva, los colegios profesionales pueden actuar como motores que impulsen y consoliden una cultura investigadora dentro de la enfermería.

 

¿Qué metas te planteas a corto y medio plazo en tu carrera investigadora y profesional?

Mi meta más inmediata es defender mi tesis doctoral y obtener el título de doctora, un objetivo que espero alcanzar antes de que finalice el año. A medio plazo, me planteo seguir vinculada a la investigación y aprovechar todas las oportunidades que me permitan crecer como profesional y contribuir al avance del conocimiento enfermero.

Estoy especialmente interesada en consolidar mi línea de investigación en el cuidado de las personas con diabetes y en explorar colaboraciones internacionales que fortalezcan la visibilidad y el impacto de la investigación enfermera. Creo firmemente que, desde nuestra disciplina, podemos aportar mucho al progreso de la ciencia y a la mejora de los cuidados.