Gema Romero.-La tecnología ha llegado para quedarse. En los últimos 20 años los avances tecnológicos han sido espectaculares, y ya nadie concibe su día a día sin un teléfono inteligente, conexión a internet y el acceso permanente a las redes sociales. Conocer los retos que deben afrontar los profesionales sanitarios, con sus beneficios y sus riesgos es el objetivo de las jornadas que la Escuela Internacional de Ciencias de la Salud ha celebrado en Madrid.
En la jornada de la mañana los temas se han centrado en poner el foco en la persona y lo que aportan las tecnologías a nuestro futuro próximo. Para José M. Cela, doctor en Biomedicina, “la vida artificial y biomédica van a cambiar el planeta. Nos guste o no las tecnologías harán posible que en 20 años, los siglos sean días. La evolución del conocimiento, de la investigación son vertiginosas y no se pueden limitar”.
Ello plantea nuevos dilemas éticos, título precisamente de su ponencia. Por ello sugiere que “la ética desde enseñarse y estudiarse desde ya. Tenemos que ser conscientes de que nos guste o no, es una realidad. Independientemente de lo que yo opine, esto sucederá”.
A su juicio “los sistemas de salud, las administraciones están obsoletas, el que está fuera del sistema puede avanzar mucho más y llegar mucho más lejos”, porque no tiene más límites que se autoimpone. “Lo que aquí no es legal, puede serlo en cualquier otro lugar, por ello lo importante es la ética que subyace en las personas”.
“Los modelos sociales, de desarrollo, de investigación, de aprendizaje y de formación son inconsistentes e ineficaces al no comprender la tecnología”, sostiene Cela. Hoy en día el valor económico y financiero no importa, lo importante es el tiempo. La información se condensa, lo que aprendemos hoy mañana está superado. Para los más jóvenes es mucho más fácil aprender y aplicar todo lo que está disponible en internet, que para los más mayores. De ahí que la línea entre el hombre y la máquina sea cada vez más borrosa”.
Una revolución positiva
Josep Vicent Climent, médico y experto en movilidad y tecnología de Apple también sostiene que la transformación digital está aquí para quedarse. Es un cambio, una revolución que también es positiva. En su ponencia ha analizado el papel de la tecnología en la movilidad, entendida como el poder de acceder a la información en cualquier momento y lugar.
“Cuando se integra la tecnología en nuestro día a día, pasan cosas increíbles, cambian la vida de las personas”. Desde su óptica de experto de Apple, las tecnologías han cambiado la forma en la que accedemos a la información, y eso supone una oportunidad para dar una mejor atención a todos los niveles: utilizando la tecnología en el hospital,
cuando está ingresado, pero también con los pacientes externos.
Así, es posible implicar al propio paciente en su cuidado, mejorar la adherencia al tratamiento. “Los dispositivos que monitorizan al paciente logran que dispongamos de datos, de información, y es entonces cuando podemos tomar decisiones. Y esos datos están a nuestra disposición en tiempo real”, subraya Climent.
A su juicio eso sólo supone ventajas, “con los dispositivos móviles la información la tenemos permanentemente con nosotros, revirtiendo en un mejora para el paciente. La atención es mucho más segura, la administración de tratamientos también y cuando tomamos decisiones lo hacemos con la mejor información disponible”. Por ello, señala, es necesario que toda esa información se integre dentro de nuestro sistema, para poder procesarla y tomar las decisiones adecuadas, que darán tranquilidad y seguridad al paciente.
Acceso global
Si está claro que la información es poder, para Antonio Vargas Cano, responsable de Políticias y Asuntos Públicos de Google España, sólo será útil si no podemos ordenarla y si hay un acceso global a ell
a. Para Vargas, “la probabilidad del progreso dependen del acceso a Internet”, por ello están trabajando en algunas tecnologías para llevar Internet a todo el mundo. “Son teconol´gias senciallas y muy escalables que permiten llevar internet a los lugares más remotos del planeta”, sostiene.
“Cuando damos acceso a internet, tienen acceso a todo el conocimiento universal, a clases de Medicina, o a tutoriales de los mejores médicos del mundo”. Para el ámbito sanitario también es necesario. Gracias a ello es posible realizar videoconferencias entre hospitales del Tercer Mundo, y por consulta remota con expertos en hospitales punteros de todo el mundo, facilitar operaciones, por ejemplo”.
En este acceso gratuito al conocimiento, quien se beneficia es el que no tiene recursos. Para el representante de Google España “todo avance tecnológico tiene el mismo objetivo, ayudar a las personas y a la sociedad”. Además, “ningún equipo humano es capaz de gestionar tal cantidad de datos. La tecnología nos ayuda a esa revisión, para proteger, por ejemplo, los derechos de autor en Yotube”, explica Vargas.
Riesgos tecnológicos
Pero lo tecnología no está exenta de riesgos. Con el objetivo de concienciar, que no de asustar. Juan Antonio Rodríguez, jefe del departamento de delitos telemáticos de la Guardia Civil ha analizado los riesgos tecnológicos y la ciberseguridad. Hoy en día los datos de salud están a la venta, también se utiliza el secuestro de datos, con la amenaza de borrar datos si no pagan una cantidad.
Para el teniente coronel de la Unidad Central Operativa (UCO), “los dispositivos médicos pueden ser la siguiente pesadilla. Una cama de hospital tiene entre 10-15 dispositivos conectados, que transmiten datos a través de una red. Por ello muchas grandes empresas de ciberseguridad han puesto el foco en la sanidad”.
Así, a modo de ejemplo, y aunque reconocía que no cuentan con datos fiables, en Reino Unido se detectaron 766 incidentes de ciberseguridad en el ámbito sanitario en el primer trimestre de 2016. El principal ámbito de denuncias.
“La delincuencia va buscando brechas de seguridad”, que pueden estar en los proveedores de servicios, como la lavandería o cocina, aunque “el eslabón más débil suele ser el usuario, explica Rodrigúez”. Por ello “necesitamos concienciar del valor de la información y de la necesidad de protegerla. Falta una cultura de ciberseguridad, tenemos que con
tar con expertos en ciberseguridad e integrarla en todos los ámbitos laborales en el país”. Y es que para este experto en general hay una asignatura pendiente: invertir en ciberseguridad.
Como usuarios. El Jefe del Departamento de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil debemos “vivir sin miedo en los entornos virtuales, pero siendo conscientes de los riesgos”. Así, por ejemplo, ha prevenido contra el intercambio de datos en redes, a través de los dispositivos móviels poco seguros, o utilizando servicios de icloud, como Dropbox, que fue recientemente hackeado.
También advertía sobre el hecho de que “muchos usuarios utilizan la misma contraseña para todos los servicios, y tienen los mismos datos de acceso en la red del hospital o en la guardería de nuestros hijos, y eso es un riesgo”, explicaba.
Por ello algunos de los consejos que ha dado es utilizar passwords diferentes y difíciles de descifrar, tener el sistema operativo actualizado, porque la tecnología avanza rápidamente, así como realizar backups de la información para evitar el secuestro de datos.
Derecho al olvido
Por último, el magistrado del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Antonio García Martínez, ha analizado el derecho al olvido en Internet. Un concepto muy reciente, que se recoge por primera vez en mayo de 2014 en una sentencia del Tribunal Europeo de Justicia. Tres han sido las sentencias comentadas por l magistrado, que han venido a poner negro sobre blanco en la materia. Se entiende por tal “el derecho a no quedar atrapado o retenido de por vida en Internet”.
A este respecto, el magistrado ha explicado que en el Reglamento de la Unión Europea que entrará en vigor en mayo de 2018 se establece este nuevo derecho al olvido, “cuando los datos no son necesarios para los fines, cuando se ha retirado el consentimiento, cuando se hace un tratamiento ilícito… “, pero también hay excepciones como el derecho a la libertad de expresión o información o con fines de archivo”.
Reiterado en diversas ocasiones “Internet está aquí y aquí se queda. Hoy es inconcebible nuestra vida sin todas estas tecnologías, pero los derechos también tienen un extraordinario valor. Derechos que deben ser protegidos de los abusos de la informática”. Para García Martínez, “hay que conjugar los distintos derechos y para eso están los jueces”.
Además, ha recordado que en sanidad el propietario de los dat
os es el paciente, sólo desde el momento que quiere compartirlo en el ámbito sanitario va a poder encontrar soluciones a su problema, pero siempre con el beneplácito del usuario”. De hecho, ante la pregunta de si un paciente puede pedir que se elimine su historia clínica, el jurista ha reiterado que “los datos son suyos, y puede pedir su destrucción, aunque eso vaya en contra de sus propios intereses”, ha finalizado.