Entrevista a Enrique Robles, tras su labor de cooperación en el Chad
Ni la dureza del viaje, dos días se tarda en llegar al poblado Biobé, lugar dónde se encuentra situado el hospital; ni las elevadas temperaturas soportadas, 45 grados la mayor parte del día, ni siquiera los continuos trastornos digestivos sufridos, debido a la alimentación en la zona, mermaron la fortaleza y el entusiasmo demostrado por el enfermero Enrique Robles durante el mes que ha permanecido ofreciendo sus cuidados a la población africana del Chad.
El enfermero gaditano Enrique Robles ha regresado recientemente del Chad tras realizar su primera aventura solidaria con el objetivo de “poder prestar asistencia sanitaria y ofrecer talleres de formación a la población”.
El hospital en el que ha llevado a cabo sus labores de cooperación se encuentra en una zona inhóspita y de difícil acceso, situado en el epicentro del distrito sanitario. Alrededor del edificio existe un poblado muy primitivo llamado Biobé, en el que conviven unas 2000 personas, establecidas en chozas e inmuebles rudimentarios, donde se hacinan familias de numerosos miembros.
Las enfermedades más comunes que padecen los adultos son tuberculosis, Sida, malaria, parasitosis intestinal y úlceras tórpidas. Y son frecuentes las quemaduras y fracturas abiertas como consecuencia de accidentes. En cuanto a la población infantil lo más llamativo y dramático es la desnutrición y falta de recursos para solucionarlos, además de las quemaduras y enfermedades tropicales. La situación raquítica de los medios de comunicación y transporte y la falta de personal sanitario, empeoran la situación en este país.
Admirable la labor de este enfermero como de otros tantos cooperantes a los que esta experiencia le supone un coste económico y a pesar de ello se trasladan a países en vías de desarrollo para mejorar la calidad de atención de la salud de las poblaciones.
¿Por qué decide realizar esta expedición?
Es la primera vez que realizo este tipo de colaboración sanitaria en el extranjero, quizás demasiado tarde, pero es una idea que me rondaba desde hacía muchos años.
Justo en febrero y por casualidad, se cruzó de nuevo en mi camino Fran, un residente que realizó una estancia de un mes en mi centro de salud en el año 2012 perteneciente a su formación como cardiólogo. Allí me empezó a hablar de sus experiencias en África, de lo interesante y enriquecedor y sobretodo de lo necesarios que somos el personal sanitario para ellos.
Así que cuando me propuso acompañarle en la aventura africana en el Chad no lo dudé ni un momento y esa misma noche compré el billete de avión y concerté una cita en salud exterior para realizar la profilaxis vacunal y todos los demás trámites necesarios para embarcarme en este ilusionante proyecto.
¿Cuáles han sido la primeras dificultades encontradas antes de llegar al territorio (viaje, acceso al Chad,…)?
Realmente no he encontrado dificultades burocráticas con ninguno de los estamentos implicados en el viaje (SAS, seguros…).
Una vez en el Chad, las dificultades que se planteaban eran proporcionalmente relacionadas con la pobreza de la nación. El viaje fue durísimo una vez llegados al país. Desde la capital, Yamena, hasta Biobé, que es donde se encuentra el hospital, había una distancia de 800 km, los cuales tardamos 2 días de 10 horas cada jornada en un todo terreno vetusto. Las carreteras están en pésimo estado y los medios de transporte públicos no existen.
El calor es sofocante y devastador, la temperatura que soportábamos durante la mayor parte del día rondaba los 45 grados. En el tiempo que estuvimos allí coincidía con la estación seca y eso hacía que nuestras condiciones físicas se vieran mermadas.
La alimentación y los trastornos digestivos también tuvieron repercusión. La comida es muy básica y proviene casi todo de la ganadería (vaca, cabra, gallina…) y suele acompañarse de pasta, arroz y alguna vez que otra algo de verdura.
La diarrea hizo acto de presencia, pero no por la ingesta de agua, ya que lo que bebíamos era embotellada o proveniente de depuradoras caseras, sino por las transgresiones alimentarias. Afortunadamente este trastorno duró los primeros días y me respetó hasta el final de mi estancia.
¿Ha resultado su experiencia tal y cómo lo tenía pensado?
La experiencia ha sido mucho más impactante de lo que yo esperaba. La realidad superó con creces las expectativas creadas. Se trata del quinto país más pobre del mundo. Situado en el centro de África, el 80 % es una superficie árida, no posee industrias ni recursos naturales que atraigan la inversión de otros países.
Además no existen infraestructuras de transporte que faciliten los desplazamientos internos, se realizan en carromatos, en bestias y pick ups atestados de personas y enseres, eso me impresionó mucho. Tampoco poseen reservas naturales ni litoral costero, como existen en los paisas limítrofes, por lo que los recursos económicos que pudieran generar estos gracias al turismo son nulos.
Pero a pesar de todo esto es un país solidario, que acoge a refugiados de los conflictos vecinos, ofreciendo su hospitalidad y generosidad sin reservas a todo aquel que acude.
Para mi ha sido toda una experiencia que invita a repetir y a mejorar. Volveré en cuanto pueda.
¿Cómo es y cómo se puede acceder a la atención sanitaria en el Chad?
Existe un distrito sanitario que abarca una zona y en ella existe varios centros de salud y el hospital de Biobé que pertenece a la sanidad pública pero la gestión es privada, al frente del cual se encuentra el Padre jesuita Ghiraldí.
Las personas que acuden tanto a los centro de salud como a los hospitales, tienen que costear la atención y en función de la hora a la que vayan pagan más o menos. Por ejemplo, si van por la mañana al hospital, tienen un horario de consulta de 7 a 15.00 horas y pagan 4 euros al cambio. Si acuden por la tarde es más caro, 7 euros y solo se atienden urgencias. Si se tienen que quedar hospitalizados, pagan algo más el primer día, pero ya no vuelven a pagar más hasta que reciben el alta. Si acuden al centro de salud es menos costoso. Las estancias en muchos casos se alargan sin necesidad, permanecen ingresados por causas que no son necesarias, pero hay que comprender sus circunstancias.
También es cierto, que se ven patologías muy agresivas, enfermedades que en Europa están desterradas, mucha patología y mortalidad infantil. Este país que posee una pirámide de población totalmente distinta a la nuestra. Hay enfermedades, como el cáncer, en las que no se puede hacer nada, por falta de tratamiento adecuado, así como otras patologías que tampoco pueden ser tratadas por falta de especialistas.
Es fácil tratar enfermedades básicas o relacionadas con el entorno, pero la situación se complica cuando los cuidados requieren medicamentos que en nuestro ambiente es fácil de conseguir.
Durante mi estancia coincidí con una colaboracionista italiana, que se desplazó para hacer galenia, es decir, que trasportó una serie de envases donde contenía productos para hacer fórmulas magistrales y sirvieran de apoyo en el tratamiento de las enfermedades.
¿Cómo funcionan los centros de salud y el Hospital de allí y en qué localización se encuentra?
El hospital se encuentra en una zona inhóspita y de difícil acceso, aunque situado en el epicentro del distrito sanitario.
Alrededor del edificio existe un poblado muy primitivo llamado Biobé, en el que conviven unas 2000 personas, establecidas en chozas e inmuebles rudimentarios, donde se hacinan familias de numerosos miembros.
¿Qué tipo de intervenciones ha realizado?
Durante mi estancia en el hospital he realizado multitud de intervenciones.
La plantilla médica la componían un médico local (Dr.Turita), Alfredo, un médico colaboracionista italiano y Fran, mi compañero residente de Cardiología. La plantilla de enfermería la componían siete profesionales, al frente se situaba Elisé, como jefe del bloque y yo mismo como colaboracionista.
Una jornada diaria empezaba a las siete de la mañana con el pase de sala de todo el equipo sanitario, médicos y enfermeros. Posteriormente se empezaba la sala de cura, donde se realizaban las actividades adecuadas para la curación de las diferentes y curiosas heridas. Úlceras de enormes dimensiones, mordeduras de cocodrilos, úlceras tropicales, fracturas abiertas, etc.
Una vez terminada esta actividad y cuando podíamos disponer de electricidad, daba inicio la actividad de los quirófanos, a partir de los cual, el Dr Turita se transformaba en multiespecialista. Allí actuábamos un enfermero de campo y yo como instrumentista.
Al terminar la jornada matutina, íbamos a almorzar y descansar un rato, para acudir a la labor formativa de los estudiantes de enfermería a los que impartíamos talleres cada tarde.
¿Cuáles son las enfermedades y problemas sanitarios más frecuentes en la población?
Las enfermedades más comunes que padecen los adultos son tuberculosis, Sida, malaria, parasitosis intestinal y úlceras tórpidas. Y son frecuentes las quemaduras y fracturas abiertas como consecuencia de accidentes. En cuanto a la población infantil lo más llamativo y dramático es la desnutrición y falta de recursos para solucionarlos, además de las quemaduras y enfermedades tropicales. La situación raquítica de los medios de comunicación y transporte y la falta de personal sanitario, empeoran la situación en este país.
¿Cuál es la esperanza de vida y la tasa de mortalidad en esta zona?
La esperanza de vida en esta zona del mundo es corta. Se situa en los 51 años, aunque desde el año 60 ha aumentado en 12 años. La mortalidad infantil se sitúa en 90 de cada 1000 nacidos.
Y respecto a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, ¿en qué condiciones se encuentran?
En el hospital donde desarrollé mi labor no existía ninguna planificación familiar ni salud sexual. Si figura la presencia de una matrona, donde su labor se centra en la intervención en el parto y cuidados perinatales.
¿Cómo afronta una familia el ingreso de alguno de sus miembros en un Hospital?
Una vez que un miembro de la familia queda ingresado en el hospital, normalmente todo el clan permanece esperando la salida de éste en los alrededores del recinto sanitario.
Allí conviven con el resto de familiares de otros enfermos y realizan las actividades domésticas sobre alfombras que estiran en el suelo, donde cocinan, se asean,…
Son personas educadas, no piden ni exigen nada, no rebaten, acatan y aceptan las decisiones tomadas por el equipo sanitario.
¿Cuáles son las mayores carencias alimentarias que ha observado?
Existen carencias alimentarias en todos los sentidos, aunque hay que entender que esta población está habituada a realizar la misma nutrición desde siempre.
Obviamente no existe sobrepeso y mucho menos obesidad. Debido a la falta de medios de transporte realizan casi todos sus desplazamientos andando por lo que la forma física es formidable.
La arquitectura corporal del chadiano es espectacular. Es una raza muy alta y de cuerpo atléticos.
¿Qué situación padecen los niños de esta población?
La situación de los niños es especialmente sensible. Realmente ellos viven una realidad apartada, no conocen lo que sucede en el resto del mundo porque no existen medios de comunicación audiovisuales. Durante la etapa de la niñez, acuden a una escuela rudimentaria donde aprenden las reglas básicas, expresarse en francés y poco más.
Resulta curioso que en el pueblo de Biobé no se observa la presencia de adolescentes, ya que estos al cumplir cierta edad, son enviados a fuera del poblado para hacerse cargo de los rebaños de vacas y cabras.
Las niñas son las responsables de los cuidados de los hermanos pequeños y del acarreamiento de agua desde los pozos hasta sus chozas.
También es notorio la sensación de felicidad y bienestar entre ellos. No existe la competencia ni la rivalidad, su única pretensión es el juego colectivo y la diversión en grupo. En ningún momento se observa peleas ni rencillas, sino todo lo contario. La sonrisa es la muestra de identidad de la población infantil.
Además de ayuda sanitaria usted ha impartido clases en la Escuela anexa al Hospital, ¿cuáles han sido los conocimientos impartidos?
Existe una escuela de Enfermería en el mismo recinto hospitalario, donde se imparten los conocimientos para conseguir la titulación.
Hay que tener en cuenta que la figura del enfermero es fundamental y necesaria en esta zona, ya que posee una labor asistencial imprescindible. Hay muy pocos médicos y el enfermero juega un papel fundamental en la atención sanitaria de la población.
Los temas impartidos fueron relacionados con las patologías mas propias de la zona, centrándonos en los cuidados de la piel, las UPP, las úlceras venosas y las heridas traumáticas.
Las prácticas fueron encaminadas a las técnicas de suero terapias, vendajes, y alternativas en tratamientos de heridas, que pudimos realizar con el material sanitario que trasladé hasta el lugar.
Finalmente me gustaría que mi testimonio sirviera para que los profesionales sanitarios no temiesen realizar este tipo de colaboración, ya que la sensación de bienestar y seguridad fue absoluta durante toda la estancia. Invito a todo aquel que tenga inquietud en realizar este tipo de actividad a que se decida a hacerla ya que egoístamente recibes más de lo que aportas.