Gema Freire.- Los usuarios apenas saben de su existencia, pero su labor sí es sobradamente conocida por el personal de los centros sanitarios, porque gracias a ellos se previene la aparición de infecciones nosocomiales y se garantiza una adecuada higiene hospitalaria. Se trata del Servicio de Medicina Preventiva y su principal función es, en definitiva, prevenir antes que curar. Un equipo multidisciplinar que suele estar formado por enfermeras, médicos especialistas en Medicina Preventiva y personal administrativo.
No son pocas las voces de expertos que demandan un refuerzo de las infraestructuras y en personal de Salud Pública, en especial de enfermeras formadas en este ámbito. Y es que este perfil profesional ha ido evolucionando hasta adaptarse, al igual que otros servicios, a las necesidades de la sociedad y de los propios centros sanitarios. No obstante, el puesto de enfermera de Salud Pública o Medicina Preventiva carece de reconocimiento y sigue considerándose un puesto polivalente, a pesar de que tiene un contenido claramente diferenciado.
La lista de funciones de los enfermeros que forman parte del equipo de Medicina Preventiva se podría decir que es interminable y abarca desde la vigilancia epidemiológica hasta la prevención y control de infecciones, la toma de muestras para una adecuada higiene hospitalaria, la formación del personal en materia de prevención, la participación en las comisiones clínicas hospitalarias, la gestión logística y consultas de Enfermería para la administración de vacunas a profesionales, pacientes de grupos de riesgo y consultas de viajeros internacionales, atención y seguimiento en los accidentes de riesgo biológico ocurridos a los profesionales y, por supuesto, la divulgación, implantación y evaluación de medidas preventivas para garantizar en todo momento la seguridad del paciente y de los profesionales.
Con semejante asignación de tareas, no es de extrañar que los equipos de Medicina Preventiva hayan tenido un papel clave durante la crisis sanitaria, participando activamente en el diseño e implementación de los circuitos y protocolos que debían seguirse en los centros sanitarios ante la llegada de un paciente con síntomas sospechosos de COVID-19. Ellos son los que han establecido medidas organizativas y físicas para que los pacientes sean atendidos con la mayor agilidad posible, en espacios independientes y con las máximas garantías de seguridad tanto para ellos como para el resto de la población.
Juana Vázquez Blanco y María Luz Martín Vicente son las dos enfermeras que forman parte de la Unidad de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Puerto Real. Además, Vázquez es la referente de Seguridad del Paciente y la presidenta de la Comisión de Seguridad de este centro sanitario. La llegada del Covid supuso para estas dos profesionales tener que adaptar sus agendas, priorizando las actuaciones relacionados con el Coronavirus, pero sin dejar de lado otras funciones que son exclusivas de su área y que también eran urgentes.
Durante cerca de tres meses para ellas no ha habido horarios, ni turnos, ni prácticamente descanso. Han tenido que enfrentarse a un trabajo burocrático sin precedentes para informar minuto a minuto a las autoridades sanitarias de la evolución de los casos en este Hospital.
Su Servicio ha participado muy activamente en revisar e implementar los protocolos y procedimientos ordenados por el Ministerio de Sanidad, con la dificultad añadida que suponía que estos iban cambiando prácticamente cada día y también se han encargado de recopilar los datos para la declaración en Red de Alerta de los casos sospechosos de Covid. A esto hay que sumar que han sido las responsables de realizar las PCR y test rápidos a todos los profesionales del centro, y de hacer el seguimiento de los casos positivos.
“Desde instrucciones al equipo de limpieza sobre cómo tenían que desinfectar las distintas áreas del hospital, hasta dotación de soluciones hidroalcohólicas, reuniones con el equipo directivo del Centro, y sesiones de divulgación en los distintos servicios para dar a conocer el plan de actuación y que todo el personal estuviera al tanto de lo que se debía hacer en cada momento”, explica Vázquez, quien recuerda que entró a formar parte de este Servicio después de dedicarse varios años a la gestión y de haber sido supervisora de esta área.
Vázquez Blanco no oculta que los compañeros han tenido miedo, y así se lo han transmitido. “Hemos intentado escuchar a los profesionales que acudían a nosotros, aconsejarles, tranquilizarles con argumentos, garantizar junto a la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales que tuviesen unos equipos de protección adecuados. A día de hoy, creo que los compañeros se han visto respaldados por el equipo de Medicina Preventiva porque hemos realizado pruebas a todo el personal y tengo que decir que la Dirección nos ha apoyado en todo momento y nos ha facilitado los recursos que hemos solicitado”, comenta.
En palabras de esta enfermera, eligió este trabajo y este servicio “porque aquí se hace Enfermería pura”. Y no le falta razón, sus múltiples tareas se condensan en los principios básicos de esta profesión: educación para la salud, promoción de hábitos de vida saludables y garantizar la higiene y bioseguridad hospitalaria.
Para Juana Vázquez, esta pandemia debe servir para impulsar la educación sanitaria: «Hay que hacer un esfuerzo para transformar la visión del sistema. No podemos tener una sanidad basada en el tratamiento. La prevención debe estar situada en la cúspide del sistema sanitario. Hay que hacer realidad el conocido refrán que dice ‘más vale prevenir que curar’ y eso conlleva una mayor inversión en Salud Pública, y que haya más enfermeras formadas en Medicina Preventiva y con competencias claras y regladas”.
Vázquez hace hincapié en que el virus no ha desaparecido y que no hay que bajar la guardia. No obstante, recuerda que, al margen del Covid, existen más infecciones “que están ahí al acecho y que son una amenaza constante”. De ahí la importancia de la prevención, siempre, y no sólo en momentos como éste.
Volviendo al Covid, las enfermeras de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Puerto Real se están dedicando estos días a evaluar las actuaciones que han llevado a cabo para establecer áreas de mejora, a revisar la dotación de materiales con los que se cuenta y a formar a los nuevos profesionales que se van incorporando al centro. Además, han retomado el programa de vacunación de pacientes crónicos e inmunodeprimidos que tuvo que detenerse durante un tiempo para reducir riesgos en una población sumamente vulnerable y, por supuesto, realizar los controles necesarios para garantizar la higiene sanitaria en los quirófanos, que ahora vuelven a estar operativos al cien por cien.
Como última reflexión, Vázquez afirma que han trabajado mucho y que se lleva la satisfacción de haber ayudado a los pacientes, a los compañeros y al sistema sanitario. “Creo que hemos dignificado el trabajo de la enfermera de Medicina Preventiva, que hemos aportado muchísimo y ahí están los resultados”.