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Manual de Movilización e Inmovilización en el paciente con trauma grave

El manejo prehospitalario del paciente traumático requiere la inmovilización y movilización adecuadas con la finalidad de evitar el empeoramiento de las lesiones iniciales e, impedir, la aparición de nuevos daños. Es necesario detectar los daños causados y tratarlos precozmente para evitar su deterioro. 

Para mostrar el protocolo de actuación ante un paciente con trauma potencialmente grave, el enfermero, Fernando Acuña y el técnico de emergencias sanitarias, José Carlos Saborido han elaborado el ‘Manual de Movilización e Inmovilización en el paciente con trauma grave’. Una obra de gran utilidad y ofrecida por sus autores de manera gratuita a través del siguiente enlace de descarga.

Fernando Acuña

Fernando Acuña es enfermero Especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria. Técnico en Emergencias Sanitarias y máster Universitario en Urgencias y Emergencias por la Universidad de Cádiz. Además, Acuña es Experto Universitario en Urgencias y Emergencias por la Universidad Complutense de Madrid e instructor en Soporte Vital Avanzado Cardiológico y Traumatológico.

¿Cómo surge la idea de elaborar un manual? 

Todo surgió a raíz de un encargo personal a nivel formativo del que era nuestro coordinador de urgencias por el año 2015. 

Desde entonces comenzamos a realizar una sesión clínica o taller, previo al Mundial de motociclismo de Jerez, donde con los compañeros del DCCU/SUAP (Equipo Móvil de Urgencias) y aquellos que iban a trabajar puntualmente de refuerzo, repasábamos las principales técnicas de movilización e inmovilización de pacientes con un trauma potencialmente grave. 

Cinco años después aproximadamente, nos dimos cuenta de que poco a poco habíamos ido recopilando y creando un material didáctico que podíamos preparar para realizar un libro.  

Para nosotros fue decisivo el apoyo de nuestros jefes ya que a día de hoy seguimos impartiendo esa sesión clínica o taller como un curso acreditado y hemos presentado este libro. 

¿En qué consiste el protocolo de actuación? 

La base de la atención inicial al paciente con trauma grave es la valoración, cuyo principal objetivo es detectar y proceder al tratamiento de todas aquellas lesiones que suponen un riesgo vital, en el menor tiempo posible. 

La valoración primaria se realiza siguiendo la secuencia “XABCDE” (control de hemorragia exanguinante, vía aérea permeable con control cervical, valorar la ventilación y aporte de oxígeno, valorar la circulación y control de otras hemorragias, valorar el déficit neurológico y exposición con control de hipotermia).

Posteriormente y sin demorar la asistencia se repasaba la valoración primaria y se comenzaba una valoración secundaria cráneo caudal. 

Se trataba de una intervención consecutiva recayendo toda la responsabilidad en la persona que dirige la actuación. Hoy día, se considera una actuación de equipo, de manera que conseguimos reducir el tiempo necesario para trasladar al paciente hasta el hospital para su tratamiento definitivo. Con ello se ha logrado minimizar el número de víctimas mortales. 

Este manual pretende repasar exclusivamente los equipos y las técnicas movilización e inmovilización del paciente con trauma grave, sin entrar en XABCDE que rige la atención inicial del trauma grave. 

¿Por qué es clave realizar un correcto entrenamiento en la atención al trauma grave? 

El manejo prehospitalario del paciente traumático requiere la inmovilización y movilización adecuadas con la finalidad de evitar el empeoramiento de las lesiones iniciales y, por supuesto, impedir la aparición de nuevos daños. Es necesario detectar los daños causados y tratarlos precozmente para evitar su deterioro. 

¿En qué consiste la técnica de inmovilización? 

La inmovilización se define como la técnica de preparar y recoger a un paciente traumático para su posterior manejo, movilización y traslado, teniendo en cuenta su estado y posibles lesiones, para no agravarlo más y no causarle más daños de los que ya tenía en el propio accidente. 

La inmovilización de todas las lesiones debe hacerse de forma sistemática asegurándose que llegará al hospital en las mismas condiciones en que se ha encontrado al paciente.  

Es muy importante realizarla en el mismo lugar del accidente, salvo que exista riesgo vital, tanto para el paciente, como para los intervinientes. 

Al hablar de inmovilización, hay que distinguir entre la realizada para la extricación del paciente y la realizada para el transporte de la persona. 

En cualquier tipo de inmovilización hay que tener en cuenta: 

  • El paciente traumatizado debe moverse siempre como un bloque: cabeza-cuello-tronco. 
  • Los materiales utilizados para la inmovilización deben cumplir los siguientes requisitos: 

– Deben inmovilizar. 

– No deben tener efectos secundarios, ni iatrogenia. 

– No impedir el acceso a la vía aérea, ni la realización de técnicas de soporte vital. 

– Deben ser cómodos, dentro de lo posible. 

  • En el caso que la gravedad del paciente y el riesgo de la situación lo permita, siempre hay que inmovilizar antes de movilizar. 

Los objetivos de la inmovilización son: 

– Evitar o disminuir el dolor. 

– Mejorar la comodidad del paciente. 

– Impedir la iatrogenia. 

¿Cuáles son las principales técnicas? 

La secuencia de inmovilización más recomendable en la actualidad incluye: la colocación selectiva de collarines cervicales rígidos, la utilización durante la extracción de tableros espinales cortos o inmovilizadores de columna y férulas para la inmovilización de las fracturas de extremidades, el empleo para el levantamiento de tableros espinales largos o de camillas de cuchara, la utilización para el transporte en la ambulancia de colchones de vacío y la disponibilidad de material de inmovilización intercambiable que facilite la transferencia del paciente al hospital receptor. 

En el caso del paciente pediátrico, ¿cuáles son las recomendaciones que usted ofrece ante la movilización e inmovilización? 

En el manual mostramos la utilización de los dispositivos adaptables de fijación pediátricos de uso más frecuente. Muchos dispositivos de movilización e inmovilización son similares a los usados en el adulto. 

Teniendo en cuenta la casuística de encontrarnos niños en los accidentes de tráfico y la carencia de materiales pediátricos en las ambulancias, vemos la necesidad de adaptar el material disponible de adultos utilizando medios de fortuna disponibles en las ambulancias.