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Una enfermera del Colegio de Cádiz viaja en septiembre a Ecuador con la ONG Enfermeras Para el Mundo

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Elisabet Lara participará en un proyecto en Manabí (Ecuador).

Elisabet Lara: «Creo que esta experiencia me va a cambiar la forma de ver la vida»

Gema Freire.- Desnutrición infantil, enfermedades de transmisión sexual, violencia contra la mujer o prevención de la mortalidad infantil. Estos serán algunos de los problemas a los que se enfrentarán los 38 enfermeros que formarán parte del programa de Voluntariado Internacional (VOLIN) 2016 de Enfermeras Para el Mundo (la ONG de la Organización Colegial de Enfermería). Entre los profesionales seleccionados está Elisabet Lara García, una enfermera colegiada en Cádiz, que en el mes de septiembre participará en un proyecto de cooperación en la provincia ecuatoriana de Manabí. A sus 27 años acaba de especializarse en Enfermería Familiar y Comunitaria, una formación que le va como anillo al dedo para colaborar con el proyecto puesto en marcha por la Asociación Manabí en colaboración con Enfermeras Para el Mundo. El Colegio de Enfermería de Cádiz apoya a esta colegiada en su interés por fomentar la promoción para la salud en zonas desfavorecidas.

 ¿Cuándo y cómo decidió que quería irse de voluntaria?

Desde que empecé a estudiar enfermería me llamaba la atención y me apetecía participar en un proyecto de cooperación; de hecho, siempre he tenido claro que no podía morirme sin vivir esta experiencia. De repente, un día en casa, en un saliente de guardia, vi a través de las redes sociales una convocatoria de Enfermeras Para el Mundo. Poco a poco me fui interesando cada vez más, me informé de los diferentes proyectos que había y de los países que demandaban ayuda. Fue entonces cuando caí en la cuenta de que cada vez hay más demanda, tanto de países como de compañeros dispuestos a irse. Creo que ahora es mi momento porque acabo de terminar la residencia en el Centro de Salud de San Benito de Jerez de la Frontera y de momento no voy a tener un trabajo estable. Conforme vayan pasando los años lo iré teniendo más difícil porque iré adquiriendo más compromisos y obligaciones, que me van a complicar realizar este sueño que tengo desde hace años.

 ¿Cuándo emprende el viaje?

Nada más pasen los meses de verano. Me voy del 1 al 30 de septiembre. Vamos con Enfermeras para el Mundo, la ONG de la Organización Colegial de Enfermería. Cuando vi el nombre pensé: “Ésta es mi ONG”. Y la razón es clara, sencillamente porque potencia el nombre de mi profesión, mientras que otras organizaciones aglutinan a todos los sanitarios bajo un nombre que no representa a todos los profesionales que cooperan en ella.

 ¿Cómo es la selección a la que se ha tenido que someter? ¿Qué exámenes o pruebas ha tenido que pasar?

Es un proceso largo porque incluye tres fases. Envías una primera solicitud por Internet donde te preguntan cuándo acabaste la carrera y la especialidad, a qué país quieres ir, por qué te interesa, si tienes una experiencia anterior, etc. A los pocos días me contestaron pidiéndome el currículum y una carta de motivación. Creo que el tener la especialidad en Enfermería Familiar y Comunitaria ha sido decisivo porque estamos muy metidos en la promoción de la salud que es precisamente la razón de ser de este proyecto de cooperación. A continuación, me llamaron por teléfono para decirme que había pasado esa fase y que tenía que hacer una entrevista por Skype con un trabajador de la ONG donde me preguntaron por qué quería irme, qué podía aportar como profesional y si sería capaz de soportar las duras condiciones de vida que me voy a encontrar allí. A la semana, me llamaron para decirme que por fin había sido seleccionada y para preguntarse si seguía interesada.

 Me imagino que antes de partir tendréis que realizar algún tipo de curso para preparos y adquirir habilidades de todo tipo.

Hemos tenido que realizar un curso obligatorio los días 25, 26 y 27 de mayo en Madrid. A esa actividad formativa hemos acudido los 38 seleccionados para que nos den nociones sobre cooperación internacional y para hablarnos de los países a los que vamos y de la labor que realizaremos una vez allí. En mi caso, voy a Ecuador, y la ONG trabaja con la Asociación Manabí. Una de las fundadoras es una mujer de Guatemala, la Señora Reina, que está casada con un español. Ella vino a vivir a España y decidió volver a su continente pero en lugar de irse a Guatemala, se fueron a Ecuador pero una vez allí se percató de que las mujeres no participaban en el trabajo ni en la salud como debían. Fue recorriendo a pie los pueblos de la provincia de Manabí para captar a mujeres, llegando a captar a miles de personas en apenas 5 años. Como te puedes imaginar tengo muchísimas ganas de conocer a una persona con tanto carisma y tanta fuerza vital. Ella consiguió implantar casas rurales que funcionan como una especie de centros de salud en las que se forma a mujeres a través de enfermeros voluntarios. Ella es la que solicita ayuda a Enfermeras Para el Mundo para este proyecto concreto.

 ¿Qué labor va a realizar en Ecuador? ELISABET 2

Yo voy a de apoyo a la Asociación Manabí en este proyecto comunitario. Vamos a vivir en casa de la Señora Reina y haremos educación para la salud por las distintas casas rurales. En principio vamos para este proyecto comunitario pero seguramente tendremos que trabajar con familias afectadas por el terremoto. Justo antes de esa catástrofe hubo una inundación muy importante que echó a perder muchas cosechas. Nos comentaron en el curso de preparación que hay personas que aún duermen en la calle porque les da miedo volver a sus casas o que viven con otras familias en habitaciones muy pequeñas sin un mínimo de condiciones higiénicas. Evidentemente, necesitan un apoyo emocional que vamos a tener que trabajar, además de intentar ayudarles a restablecer la normalidad lo antes posible.

Nuestra ONG nos tiene tutelados todo el tiempo. En ese sentido, vamos con todas las garantías. Una vez allí nos dirán qué tipo de talleres se demandan más.

 ¿Cuáles son sus expectativas a nivel personal y profesional?

Profesionalmente, tengo muchas expectativas. Soy una apasionada de la promoción para la salud. Las asignaturas que tenían que ver con el área en el estudio del Grado eran mis favoritas y se notaba en los resultados. Voy a poder desplegar mis conocimientos en zonas muy necesitadas y me voy a tener que adaptar como enfermera a ellos y a su situación en un ambiente muy distinto, totalmente diferente al que conozco. Podré conocer la realidad de otro país y, sinceramente, creo que esta experiencia me va a cambiar la forma de ver la vida. Todo el que se va de voluntario dice que a la vuelta ve la vida con otros ojos y eso, a nivel personal, es de las cosas más enriquecedoras que te pueden pasar.

Nosotros somos muy afortunados porque nuestro sistema sanitario, con sus carencias, funciona y además es universal. Pero en la mayoría de los países no es así. Tengo una amiga extranjera, que tenía un familiar que necesitaba asistencia urgente en su domicilio y nadie lo pudo atender. Cuando la compañera me contaba la historia me estremecía. Es una pena que la economía sea la que prime en muchos países por encima del derecho a la asistencia sanitaria. La gente muere por causas que aquí son absolutamente evitables por no decir impensables. España en su día se benefició de la cooperación internacional, ahora nos toca a nosotros.

 ¿Un reto desde todos los puntos de vista?

Sí. Y además espero encontrarme una realidad distinta a la de aquí para ver cómo conviven otras personas, como son sus costumbres y adaptarme a sus circunstancias. Me voy a poner a prueba como enfermera y como superviviente porque sus condiciones son distintas a las de aquí. Creo que voy a conocer a personas muy importantes con las que compartir un mes de experiencia. Mucha gente me dice que es muy poco tiempo pero para ser la primera vez creo que está bien. Si me engancha ya tendré la oportunidad de repetir.

Al curso preparatorio fueron voluntarios del año pasado y nos hablaron de su experiencia para tranquilizarnos un poco y responder a las miles de preguntas que teníamos en la cabeza; desde qué ropa nos llevábamos, qué hacemos cuando lleguemos allí, cómo son las personas, cuál es su trato, etc. Una de las voluntarias nos dijo que la gente era muy agradecida y que se quedaban sorprendidas al saber que iban allí en vacaciones, constándonos el dinero, para ayudarlos a ellos.

Si tengo que renunciar a otras cosas que me puedan surgir de aquí a septiembre por hacer el voluntariado voy a apostar por la cooperación al 100 por 100. Pienso que va a ser muy gratificante en todos los sentidos. Lo más importante para mí es llegar a ser una persona emocionalmente inteligente. En mi vida casi todo lo que hago lo intento hacer con ese objetivo o darle la vuelta para que eso sea lo fundamental. Creo que éste es el camino para luego poder afrontar cualquier tipo de situación que me pueda encontrar a lo largo de mi vida profesional y personal. Así que, como te puedes imaginar, la motivación y las ganas son máximas.