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El Chagas, enfermedad olvidada, personas olvidadas

Inmaculada Martínez Aragón.- Ángeles Hurtado es una enfermera gaditana que desde que terminó sus estudios siempre ha deseado ser cooperante, sin embargo, sus circunstancias familiares y laborales le condujeron a realizar su primera experiencia en Guatemala, una vez jubilada.

Su primera expedición la ha realizado con la ONG andaluza IBERMED, con un proyecto llamado ‘Fortalecimiento y tratamiento de la enfermedad de Chagas en Jutiapa y Chiquimula’, (dos áreas departamentales de Guatemala). viajó hasta este país en el periodo comprendido entre el 29 de septiembre y el 24 de octubre, y su labor allí ha sido la realización de un cribado y estudio poblacional de esta enfermedad, el Chagas, tratamiento, electrocardiograma a los positivos, prevención primaria y educación sanitaria.

El Chagas

La enfermedad de Chagas es una afección parasitaria, sistémica, crónica, transmitida por vectores y causada por el protozoario Trypanosoma cruzi, con una firme vinculación con aspectos socio-económico-culturales deficitarios y que está considerada una enfermedad desatendida. Es una patología endémica en 21 países de las Américas, aunque las migraciones de personas infectadas pueden llevarla a países no endémicos de América y el Mundo.

El principal mecanismo de transmisión es vectorial, por hemípteros (chinches). Infectan personas expuestas a su picadura, al depositar sus heces infectadas en heridas de la piel o sobre mucosas. Otras modalidades de transmisión son transfusional, congénita, trasplantes de órganos u oral. Aunque la mortalidad ha disminuido significativamente, la enfermedad puede causar consecuencias irreversibles y crónicas en el corazón, el sistema digestivo y el sistema nervioso.

Se la califica a menudo de «enfermedad silenciosa y silenciada» porque la mayoría de las personas infectadas no presentan síntomas, o los síntomas son sumamente leves. Según la OMS, actualmente entre 6 y 7 millones de personas padecen esta enfermedad, lo que causa unas 10.000 muertes anuales.

Intervención sanitaria

El trabajo ya se lleva prácticamente organizado desde España desde dónde se ha contactado previamente con los responsables del área de salud de estos departamentos (director, epidemióloga, analista y responsable de vectores) “ellos son quiénes indican los municipios y aldeas de estos, con quien vamos a trabajar, según el índice de mayor inafectación”, relata María Ángeles Hurtado. Del mismo modo, el grupo también contacta con los enfermeros responsables de la enfermedad de Chagas de los centros de salud para programar el trabajo.

Todo ello con la finalidad de “mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables mediante proyectos de atención sanitaria, educación, seguridad alimentaria, nutrición, agua y saneamiento en Iberoamérica, especialmente en Guatemala”.

Tras aterrizar en este país, el primer paso es adquirir en un laboratorio de la capital 1000 test de diagnóstico rápido. Seguidamente, la ONG IBERMED centra su residencia, en dos municipio de dos departamentos, en Comapa (Jutiapa) y Olopa(Chiquimula).

Tras ello, el equipo sanitario se dirige al área de salud de cada departamento. En Comapa han trabajado estrechamente con el centro de salud y la clínica de Chagas (fundada por IBERMED). El hospital más cercano se encuentra en Cuilapa cerca de la capital a una hora y media del departamento de Jutiapa.

Clínica de Chagas

Durante la expedición, el equipo sanitario, citó a un total de 52 pacientes de las aldeas para la realización de una valoración cardiológica, se realizaron test rápidos que fueron confirmados por serología estándar y se impartió formación teórico-práctica en electrocardiografía.

Centros de salud y visitas domiciliarias

En dos centros de salud de municipios cercanos se atendieron 53 enfermos de Chagas y/o posibles cardiópatas y se ofreció formación al enfermero responsable del programa de Chagas, técnicos y médicos de ambos centros.

Además, se realizaron visitas domiciliarias a enfermos con necesidades especiales.

Sensibilización y participación comunitaria

Además, durante esta expedición sanitaria han realizado visitas en aldeas con alta prevalencia de la enfermedad para conocer las necesidades de los enfermos. Ángeles Hurtado destaca la empatía mostrada por parte de estos pequeños grupos de personas “nuestra relación ha resultado muy fructífera y será, posiblemente, una nueva herramienta de abordaje comunitario en el tratamiento integral de la enfermedad”.

Asimismo, sirvieron de apoyo a la Clínica de Chagas en la búsqueda activa de niños mayores de un año de madres seropositivas que no hayan acudido al control serológico anual para descartar la enfermedad. Recuerda Hurtado que “aprovechando una jornada de intensas lluvias provocadas por el huracán ‘Julia’ fuimos en pick up por varias aldeas realizando este control y ofreciendo la prueba al resto de hermanos sin diagnosticar y demás convivientes”.

Encuentro con los colaboradores voluntarios de vectores de Comapa

Durante esta expedición, también se realizó un encuentro con colaboradores voluntarios de las 32 aldeas de Comapa con mayor índice de infestación. Se les ofreció una presentación de Chagas reforzando los conocimientos en prevención primaria y secundaria.

Se habló con el Área de salud sobre un posible proyecto futuro para reforzar la prevención secundaria en algunas aldeas con alta prevalencia. Sería la formación de “la paciente experta”, mujer implicada la comunidad que sirva de apoyo a otros enfermos con una relación de igualdad y serviría de enlace con la clínica de Chagas. Para ello se ofrecerá una propuesta por parte de la ONG Ibermed.

Intervención en el Departamento de Chiquimula

En el Departamento de Chiquimula lo acordado fue realizar jornadas de diagnósticos provisionales mediante test rápidos:  Se trabajó en la zona de los Tuticopotes, la población que abarca son 2738 habitantes y se realizó el estudio poblacional a 368 personas de las cuales 44 test fueron reactivos (positivos pendientes de validar por la serología). De esta intervención, Ángeles Hurtado destaca que ningún niño salió reactivo y la escasa prevalencia de la enfermedad “nos hace suponer que es debido a la altitud, más de 1500 m”.

Hurtado es un caso más del compromiso de los enfermeros y enfermeras gaditanas para mejorar el acceso a la sanidad de las poblaciones más vulnerables, un ejemplo de generosidad y entrega propio de la profesión enfermera y su apuesta por la educación sanitaria, la prevención y la promoción de la salud de las personas.