A los pocos días de regresar de una expedición en Chad, la enfermera cooperante Rosario Carreira volvió a embarcarse en un largo y duro viaje con destino a Farafangana. En ese lugar se siente como en casa, y es que son ya 14 años los que lleva realizando labores humanitarias y de desarrollo en Madagascar.
Del 28 de junio al 19 de julio, Carreira ha participado en una nueva expedición en el Hospital Clínico San Vicente de Paúl, una antigua leprosería regentado por Las Hijas de la Caridad, ubicado en una de las zonas más deprimidas de África, Farafangana.
Rosario se muestra altamente satisfecha, una vez más, tras participar en una nueva aventura solidaria en colaboración, en esta ocasión, con sanitarios
de México, Argentina, Brasil, España y malgaches sanitarios del Hospital Clínico San Vicente de Paúl. En concreto, su labor ha consistido en la realización de intervenciones quirúrgicas y la implementación de medidas preventivas de limpieza, asepsia y desinfección en sala y quirófano.
Los objetivos de Rosario Carreira en esta misión han sido: la recopilación y reparto de material fungible, medicamentoso e instrumental donado por el Hospital U. Puerta del Mar; limpieza, desinfección y verificación del aparataje del quirófano, sala despertar y farmacia; verificación de medidas asépticas y esterilización instrumentación quirúrgica; organización de medicamentos, instrumental quirúrgico y fungibles y la verificación de cuidados sanitarios. Todo ello gracias, como Carreira destaca, a la empatía entre el pueblo malgache y español.
Esta campaña ha sido muy especial y emotiva para todos los profesionales que han formado parte de ella, ya que ha estado muy presente la memoria de Sandra Sucar, ginecóloga mexicana que falleció el pasado año durante esta expedición debido a una grave enfermedad que le sobrevino.
Por este motivo, la familia de esta profesional ha grabado un documental que cuenta la historia de las misiones humanitarias y que está basado en uno de los principales problemas que atañen a las jóvenes malgaches, las fístulas vesicovaginales. Una patología, que sufren muchas mujeres en este país de entre 11 y 13 años principalmente como consecuencia de un parto obstruido y que provoca incontinencia urinaria y fecal. Enfermedad por la que estas mujeres son rechazadas por la sociedad e incluso por sus familias, ha señalado Carreira.